HISTORIAS SOBRE EL CRÉDITO Y LAS ENTIDADES FINANCIERAS. (Derecho Comercial)



         HISTORIAS SOBRE EL CRÉDITO Y LAS ENTIDADES FINANCIERAS.
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Durante el desarrollo de la economía internacional las instituciones financieras han tenido que diseñar estrategias para enfrentar la volatilidad de los mercados y hacerle frente a los dilemas económicos como por ejemplo: las políticas de crédito y administración. En todos los países hay varios actores que en algún momento de su existencia recurrirán a un crédito, estos pueden ser tanto personas naturales como jurídicas[1]. En el grupo del sector privado es donde tenemos las empresas de seguros y las reaseguradoras encargadas de comprar bonos para tomar el riesgo de crédito; y no solo las primas como muchos piensan. Algunas compañías también invierten en bonos privados o públicos. Las personas naturales también adquieren los créditos de las compañías, no solo de las financieras. En el mundo contractual y en la forma de hacer negocios se pueden presentar diversidad de condiciones que afectan el riesgo de crédito. Adicional a esto, los cambios tecnológicos hacen aún todo más complejo en el panorama de las obligaciones. Ahora se necesita regular  de una forma más precisa los títulos electrónicos y la seguridad de la información. 

Debido a estos desajustes, alrededor de los años 70s, algunas entidades bancarias afrontaron déficits financieros que hicieron que los países del Grupo G10 crearan el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea; representada por el grupo de los presidentes de los Bancos Centrales del Grupo G10. Es indispensable recordar que la creación de este grupo fue originada con el objeto de participar en El Acuerdo General de Prestamos (GAB). Con la finalidad de invertir recursos económicos suficientes para los prestamos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Es importante contrastar que desde el establecimiento del G10 se han hecho muchos cambios al Sistema Monetario Internacional[2].

Algunos de los más importantes fueron precisamente la formulación de recomendaciones para la regulación de las instituciones financieras y cómo enfrentar el riesgo de crédito. En 1988 se crea el Acuerdo de Capitales de Basilea, más conocido como Basilea I el cual buscaba la estabilidad en capitales sujetos a riesgo; pero durante el transcurso del tiempo se presentaron más novedades; por lo que en 1999 se reunió nuevamente el Comité y se crea el Basilea II. Este acuerdo se centra más en la gestión del riesgo financiero, el riesgo del mercado, las actividades comerciales.
En países de Latinoamérica, como Colombia, se implementaron con la Superintendencia Financiera la  Circular 31 y la Circular Externa 11, ambas  del 5 de marzo de 2002. Las cuales enuncian una nueva manera de gestionar el riesgo crediticio mediante el desarrollo e instrumentación del Sistema de Administración de Riesgo Crediticio (SARC). A nivel mundial desde el surgimiento del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea en los años 70s también se habían creado modelos de scoring, puntajes para el otorgamiento de créditos que con los avances tecnológicos se hizo posible desarrollar junto con otros métodos estadísticos como:  los modelos de LOGIT, PROBIT, las Redes Neuronales y el Análisis Discriminante[3]Expertos en la materia, aseguran que los métodos aunque son de gran apoyo no pueden ser tenidos  solo en cuenta para determinar la efectividad de la decisión del acceso de crédito a un cliente.

 Durante los principios de los años noventa ocurre un enorme crecimiento de los prestamos en las familias colombianas . La adquisición de una vivienda propia se vuelve fundamental  debido a la disminución en las restricciones de liquidez. Sin embargo con el cambio de las tendencias económicas y de precios; las familias colombianas no pudieron amortizar el crédito y terminaron repudiando la deuda adquirida. A pesar de todos  los mecanismos internacionales que fueron  aplicados a nivel nacional; las decisiones políticas no pudieron frenar los fenómenos económicos que perjudicaron al sector inmobiliario. Al parecer estas decisiones aceleraron el descenso de los créditos.

Luego de la crisis de 1999. Para el año 2000 en adelante, aunque no hubiera  un incremento en la económica, todo pudo parecer más estable. Las relaciones patrimoniales, la carga financiera y el endeudamiento debieron ser planteadas de una forma equilibrada, sin demasiados cambios que hicieran volátil el mercado[4]Las entidades financieras contaron con muchos controles para segmentar el endeudamiento de sus clientes; pero además debieron  tomar en cuenta  aspectos importantes como son: los aspectos macro, las políticas de crédito; que como se sabe, clásicamente pueden ser : normales, restrictivas o flexibles. Esto se juzgara  dependiendo de la capacidad de obligarse de los clientes. Un estricto control y el uso de otras figuras jurídicas como el fideicomiso, los contratos especiales, las acciones y los títulos pueden ser soportados con una adecuada administración, sin importar el tamaño de la obligación.

Por otra parte el deudor  puede controlar el hiper-endeudamiento cuantificando los ingresos y los gastos; que usualmente son causados por microcréditos o tarjetas de crédito que pueden pasar desapercibidas para los deudores y  que sin un adecuado manejo pueden lesionar gravemente el patrimonio. Para los demás  créditos en  caso de no poder cumplir con términos pactados es necesario una idónea comunicación con los acreedores y dar búsqueda a posibles soluciones. Es importante recordar que la  responsabilidad de patrimonio precede en el titular y en las obligaciones derivadas de los negocios jurídicos, la mayoría de veces, las cuales  son afectadas frecuentemente por la inadecuada administración, clasificación y  el uso de los recursos con los que se cuenta.    

[1] (Acosta, 2019)

[2] (V., Construcción de un modelo scoring para el otorgamiento de crédito de una entidad financiera., 2010)
[3] (V., Construcción de un modelo scoring para el otorgamiento de crédito de una entidad financiera., 2010)
[4] (León, 2007)



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